El apartamento, situado en una de las zonas más emblemáticas de Madrid, carecia de luz natural.
Orientada al norte y con tan solo dos ventanas ,nos encontramos con una vivienda oscura . Muchas estancias para tan pocos metros.
En la primera plano vemos el estado antes del incio de la obra. A continuación la propuesta que finalmente se llevó a cabo.
Cocina sin luz ni ventilación natural. Hall de entrada con puerta de acceso al salón. Dormitorio principal con entrada por el salón a través de un pasillo donde se situaba el lavabo del baño principal.
El objetivo era crear una vivienda lo más luminosa posible, así como el aprovechar al máximo el espacio, sin perder comodidad.
Para ello se elimminaron todos los tabiques entre hall, salón, cocina y dormitorio, permitiendo que la luz natural alcanzara hasta la puerta de entrada.
Para dar ligereza al aseo de la entrada, se instalaló un lavabo pequeño suspendido, y un espejo que ocupaba toda la pared para dar a la estancia amplitud. Se evitó el alicatado, colocando un papel vinílico en tonos claros.
Por otro lado, había que conseguir más espacio de almacenaje, por lo que se incorporó el lavabo siuado en el pasillo al baño del dormitorio, dejando la zona de pasillo para vestidor semi-abierto. Se eliminó la bañera y se redistribuyeron los espacios para dar más amplitud al baño.
Por supuesto, se cambiaron todas las tuberías de agua fria y caliente desde el contador, hasta los distintos puntos húmedos.
Igualmente se puso en normativa toda la instalación electrica de la vivienda.
Para la cocina se decidieron muebles alto brillo en color blanco, con tirador oculto, para hacerlo lo menos cargado posible y aportar más luz al espacio
Para preservar la intimidad del dormitorio y con el fin de que este no se viera desde la entrada a la vivienda, se dejó un tabique de 1,10 m de alto.
Al final del salón, y pegado a la ventana, se instaló la zona de estudio y lectura
Entre la cocina y el salón, si situó una mesa de comedor.
El resultado final fue un apartamento acogedor y luminioso.